La verdad es que cuando escribí el libro «Transición», lo hice pensando en las miles de vidas que, por diversos motivos, llevaron a tomar la decisión de ser padres adolescentes. Pero algunos se preguntan: ¿quién tiene la culpa de que los jóvenes hayan logrado embarazar a su polola del momento? Algunos dirán que fueron las emociones del momento, otros dirán que fueron los padres que no están presentes. Qué irónico es escuchar cómo se pasan la pelota en vez de asumir.
¿Qué medidas han tomado los gobiernos anteriores respecto a este tema?
En el segundo mandato de la ex presidenta Michelle Bachelet crearon la pastilla del día después. En el primer mandato del ex presidente Sebastián Piñera crearon la ley de las tres causales. Mientras tanto, los padres siguen avalando «la charla» mientras que continúan estudiantes adolescentes en las zonas más vulnerables de la sociedad chilena, como si solo las mujeres de Puente Alto, Cerro Navia, en resumen, la zona poniente es con la mayor influencia. «Esos comentarios clasistas» saben, la diferencia es que en la oriente de Santiago pueden llevar la carga por su situación financiera, sus hijos pueden seguir su vida ya que tienen nanas que les pueden ayudar. En cambio, la gente a la cual llamamos vulnerables, esos mismos hijos tienen que salir a ganarse el sustento y muchos dejan sus estudios. Entonces yo me pregunto: ¿cómo cambiamos esto? Es sabido que los colegios siempre han buscado una forma de dar educación sexual dentro de las aulas. Adivinen quienes son los primeros en saltar en protesta, los mismos padres que alegan que les van a quitar la inocencia.
No importa cuánta información haya en las redes sociales, mientras los mismos padres no actúen a favor del cambio, seguiremos teniendo una generación que ha caído en las redes.
Y nuestro último obstáculo, la Iglesia Católica, que impone su poder desde la hipocresía. Hablan de respetar la vida y toda la peste que durante años mantuvo su imagen intachable, hasta que empezaron a salir a la luz el peor escándalo del mundo: curas que violan a niños y niñas por los votos realizados. A nivel personal, siempre me he preguntado: ¿cuánta historia negra más esconden debajo de la alfombra?
Entonces, para terminar, creo que el embarazo juvenil seguirá haciendo parches tras parches. Por culpa de sus creencias o por vivir con los ojos tapados, nadie hará nada por el cambio. Así que mis últimas palabras para todos ellos son: «sin llorar después».
1 comentario. Dejar nuevo
Gran reflexión!
Gracias por compartirla con nosotros.