Desde muy pequeño, gracias a mi madre que me inculcó el hábito de siempre estar leyendo algún que otro libro, me adentré en este mundo perfecto donde podía disfrutar de una buena historia en cada página que avanzaba. La verdad es que muchas veces me resultaba difícil seguir la trama, ya fuera por la monotonía o por la simplicidad de la historia. Me costaba encontrar un libro que capturara mi atención. Cada vez que iba a una librería, podía pasar horas buscando algún autor que me llevara a sumergirme en su obra. Muchas veces me decepcioné.
Tengo varios libros que compré y dejé porque, desde mi punto de vista, no era el tipo de historia que buscaba. Fue entonces cuando me topé con una gran escritora inglesa que durante siete años me brindó lo que siempre anhelé: J.K. Rowling, qué tremenda historia creó con «Harry Potter». Me convertí en un fanático de la saga de libros y las películas, aunque, por supuesto, tengo mis reservas respecto a las películas, especialmente desde «El Cáliz de Fuego» hasta «Las Reliquias de la Muerte», donde realizaron muchos cambios y dejaron muchas lagunas. Aun así, «Harry Potter» fue un éxito en la gran pantalla gracias al fantástico elenco que participó.
Llegó el final del mundo de Harry Potter y durante mucho tiempo busqué ese tipo de historia que me hiciera releerla una y otra vez. Pasó el tiempo y continué leyendo libros muy predecibles hasta que me topé con Christopher Paolini y su saga de Eragon. Mi felicidad fue inmensa al encontrarme con cuatro libros tremendamente buenos. Sin embargo, como siempre, alguien se encargó de destruirlo con trabajos mediocres o malos guiones. Así fue como llevaron la saga de Eragon a la gran pantalla y una vez más arruinaron un mundo que podría haber sido mejor aprovechado.
Con el tiempo, descubrí la saga de Percy Jackson, escrita por Rick Riordan. Disfruté tanto su saga, hacía mucho tiempo que ningún libro me hacía experimentar tantas emociones juntas. Los cinco libros le dieron una esencia exquisita a la ecuación. La mezcla está tan bien lograda que fue el segundo libro el que me llevó a pasar la noche en vela para poder terminarlo.
Ya conocieron los libros de mi infancia que me marcaron. Ahora es momento de contarles qué libros marcaron un punto de inflexión.
En cuanto a las sagas que me llevaron a reflexionar sobre el amor juvenil, están los libros de Blue Jeans. En muchos casos me sentí muy identificado: «Trilogía Canciones para Paula», «El Club de los Incomprendidos», «Algo tan sencillo», «Trilogía La Chica Invisible» y su última obra, «Campamento». Me los he leído todos y estoy esperando más de sus obras. Es un tremendo escritor que sabe cómo engañar al lector en la historia hasta el final.
Uno de los libros que no le gusta a mucha gente es la saga de «Crepúsculo» de Stephanie Meyer. Tengo una anécdota personal con esta saga, verán, no me había leído los libros y no sabía nada al respecto. Cuando llevaron la primera película a la pantalla grande, estaba en el cine con unos amigos en el Alto Las Condes. Cada uno iba a elegir una opción y tuvimos un problema, yo no quería ver «Crepúsculo», quería ver otra llamada «Los Extraños». Optamos por «Los Extraños» y después de dos horas salimos de la película criticándola por lo mala que había sido. ¡Dios mío, qué mal lo pasé ese día!
Una semana después vi «Crepúsculo» con los mismos amigos que habían ido conmigo la primera vez y me gustó tanto la historia que quise comprarme el libro. Esa misma noche comencé a leerlo. Aprendí una lección con esa anécdota: nunca critiques un libro por su portada. Me gustó tanto la historia que vi todas las películas.
El siguiente autor que me inspiró a leer fue Mario Puzo, quien me introdujo en la novela negra. «El Padrino» es una obra maestra. Cuando leí el libro, quedé en shock. Recuerdo que estaba en el colegio y mi profesor de lenguaje me miró con preocupación, incluso envió una comunicación a mi madre comentando el tipo de libros que estaba leyendo. Mi madre siempre me ha apoyado en todo lo relacionado con los libros, por eso me permitieron leerlo y devoré ese libro, tanto así que toda mi familia sabe que mi película favorita es «El Padrino» y uno de mis sueños es ir a Italia y Sicilia.
Otra obra maestra es «El Señor de los Anillos» escrita por Tolkien. Qué manera de jugar con el lenguaje y transportarnos a la historia del viaje del héroe más grande. El mundo que tuvo que inventar solo para enriquecer aún más la historia. Sus tres películas son una obra de arte, aunque para mí siempre será mejor la tercera, lo cual es muy raro ya que en el cine generalmente nos quedamos con la primera.
Y por último, la saga de «Canción de Hielo y Fuego». Me leí los libros antes de que saliera la serie en la plataforma de HBO. Siempre me impactó la forma en que manipulan para alcanzar metas individuales en los siete libros. Sin embargo, la octava temporada de la serie fue un desastre absoluto. Eso sucede porque el cierre de los libros aún no está, y es «Vientos de Invierno».
Cada uno de estos escritores me ayudó y me marcó, pero por supuesto, no puedo dejar de mencionar a otros como:
- Julia Navarro («Dispara, estoy muerto» y «Dime quién soy»)
- Carlos Ruiz Zafón («La Sombra del Viento», «El Prisionero del Cielo» y «El Juego del Ángel»)
- Suzanne Collins y su saga «Los Juegos del Hambre»
- K. Hume y la trilogía «Profecía de Merlín»
- Stephen Chbosky y «Las Ventajas de Ser Invisible»
- Volker Kutscher y «Las Sombras sobre Berlín»
- Michelle Levy y «El Infinito Eres Tú».
Gracias a todos los autores que crean historias y construyen mundos. Muchas gracias. Hoy me uno a este mundo de grandes con la trilogía «Transición».